Tuve un accidente y esto fue lo que aprendí - Redactor Por Un Día

Me accidenté. Fulero. Le encontré la vuelta para tomármelo con humor, porque aún no lo puedo creer. No te pasa, hasta que te pasa. Y el simple hecho de estar escribiendo esto, en este mismo instante, desvelada en la camilla, esperando a que el último calmante del día haga efecto (sabrán entender las incoherencias a partir del cuarto o quinto párrafo), habiendo charlado con la mitad del plantel de enfermeros, y habiendo buscado sin éxito a Jackson Galaxy en la tele, me hace sentir rara.

Hace dos semanas, camino al trabajo, el colectivo en el que viajaba pasó a gran velocidad por encima de un bacheNada del otro mundo, diría uno, pero en esta historia hay dos elementos fundamentales: Iba sentada al fondo a la altura de la rueda -en ese asiento que solo un ermitaño puede querer- y al parecer el colectivo no estaba en las mejores condiciones.

Volé del asiento, al punto de que se me salió el calzado, y en la caída... alaridos. La descripción de la escena, cuánto lloré, el dolor que sentí, el susto de la gente, el recorrido hasta la sala de urgencias, y mi imitación de la cara del chofer, son cosas que me guardo para quienes me visiten en la clínica. Para resumirlo*, me fracturé la primera vértebra lumbar"La típica", me dijo un camillero.

Lo que siguió podrán imaginarlo: Ambulancia. Traslado. Médicos. Controles (¿sentís esto? ¿sentís esto? ¿sentís esto? ¿y esto?). Placas, tomografía y resonancia. Internación. Cirugía. Hace dos días volví a caminar, y la alegría no me entra en el cuerpo. Mientras tanto, continuo en la clínica, trabajando con los kinesiólogos, esperando a que me den el alta y mentalizándome para pasar los próximos meses en casa. Si todo sale bien, no será necesaria una segunda intervención.

No te pasa, hasta que te pasa. Y todavía no puedo creer que en cuestión de segundos haya pasado de la vorágine de todos los días a estar acostada 24x7. Es cierto cuando dicen que nada te prepara para este tipo de situaciones, y sin embargo es posible que ayuden a mirar las cosas de otra forma.

Comparto cuatro lecciones que me llevo de las últimas dos semanas

Trabajar de a poco

Luego de varios días de internación, pude incorporar algunos simples movimientos, los mínimos como para que pudieran bañarme, por ejemplo. El trabajo con los kinesiólogos comenzó luego de la cirugía, y así apareció el primer desafío: Levantarme y caminar... Me desmayé al primer intento, y solo lo pude tomar como una derrota.

Con el tiempo entendí que era cuestión de trabajar progresivamente, paso a paso. Un día me levanté, al otro me senté, con un poquito de ayuda me pude parar, hasta que di los primeros pasos. New achievement unlocked: Paciencia.

Está bien llorar

No fue nada fácil encarar el día luego de aquel desmayo. Sí bien pude recuperarme a la media hora, no estaba con ánimos para hacer absolutamente nada. Si me preguntaban cómo estaba, al instante se me escapaba una lágrima y, tal vez por orgullo o por no querer incomodar a nadie, traté de contenerme. Y fue el día que más dolor sentí en el cuerpo.

Las comodidades estaban: Enfermeras, calmantes e incluso un !rescate!. Y sin embargo, lo único que me alivió fue descargar y llorar. New achievement unlocked: Poder soltar.

Apoyate en los demás

Cualquiera que haya estado en rehabilitación sabe que la clave está en reaprender cada movimiento, prestando atención al más mínimo detalle. Y para salir de la cama debo moverme en bloque, en una serie de movimientos que requieren especial coordinación. Necesito sí o sí que me sostengan las piernas mientras hago fuerza con los brazos.

Algunos tienen más facilidad que otros para pedir ayuda. Y para quienes estamos en constante aprendizaje, este tipo de situaciones no son más que nuevas oportunidades. New achievement unlocked: Trabajo en equipo.

El humor sana

WhatsApp fue de gran ayuda para mantener a todos al tanto de las novedades*, y un gran canal para recibir afecto y cariño en distintos formatos. Tres minutos de conversación al día con cualquiera que entrara a la habitación también fueron un gran ayuda, ni hablar de quienes se acercaron a visitarme. Al instante lo entendí: Si yo sonreía, otros también.

Cambié el copypaste con novedades por muecas y chistes, y así fue cómo se desató una cadena de buen humor (seguro, no vamos a negar que los calmantes del primer párrafo tienen algo que ver). New achievement unlocked: Snapchat!

 

En Diccionario del Diablo, Ambrose Bierce define: Aflicción, s. Proceso de aclimatación que prepara el alma para otro mundo más duro.

Tal vez esta historia poco tenga que ver con lo que compartimos a diario en Linkedin, pero no está de más recordar que si algo nos marca, podemos cambiar la forma en la que encaramos problemas y desafíos futuros. No te pasa, hasta que te pasa. En mi caso, "la saqué barata", y la única forma de vivir una lección, es a conciencia.

* Finalmente opté por abrir una cuenta de Instagram para compartir esta historia.

Autora : Mariana Leibinstein

Comunicóloga y Locutora
Profesional, entusiasta y proactiva, orientada a alcanzar los objetivos. Dinámica, con gran capacidad para el manejo de proyectos. Interesada en todas las aristas de la Comunicación. Poseo muy buenas habilidades para las relaciones interpersonales, generando un clima ideal para el trabajo en equipo. Creativa, dedicada a alcanzar el mayor nivel de calidad.

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